En el Monte Jato, dentro del perímetro de la Ciudad Vieja de Jetas - que disfrutava de una enorme importancia estratégica por su "invisibilidad " desde la parte inferior del valle - encontrò refugio el último baluarte árabe en Sicilia.
Aquí los últimos musulmanes, después de largas batallas y asedios por Federico II y sus tropas, que duraron desde el año 1222 al 1246, fueron derrotados y expulsados a Lucera, en Apulia.
Estos hechos históricos están íntimamente ligados a la tierra de la Empresa Agrícola Romano.
De hecho, mientras que las tropas de Suabia estacionaban en Piano Campo (que toma su nombre del hecho de que fue el campamento de los soldados de Federico II), el emperador seguía los movimientos de los árabes dirigiendo las operaciones por el "Campanario", la evocadora piedra redonda en la parte superior de Argivocale (el nombre proviene del árabe y significa piedra agujerada").
Se dice que la última batalla de las tropas de Suabia fue ganada por un artificio muy ingenioso. De hecho, durante la noche, un rebaño de cabras, a las que las milicias de Suabia habían atado unas antorchas en los cuernos, fue empujado por los soldados de Federico II de la parte inferior de la ladera occidental del Monte Jato.
Los árabes, al ver un gran movimiento de luces y antorchas se convencieron de que era el ataque final y se trasladaron todos por la parte de las murallas de la ciudad que daban hacia el oeste para rechazar el asalto.
Al mismo tiempo, la mayoria de las tropas del Emperador había eludido la montaña y con la ayuda de algunos exploradores había encontrado un camino por una zona empinada denominada "Scal'o ferro" (Escalera de Hierro) que conduce a la montaña en el lado este.
De esta manera pudieron remontar la ladera del monte sin peligro y sorprender a los árabes por detrás, pasándolos a cuchillo y derruyendo la ciudad.